Día proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 2010 en conmemoración de la fecha del asesinato en 1980 del obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, quien fuese un ferviente defensor de los Derechos Humanos en su país.
El propósito de esta celebración es:
- Conmemorar a las víctimas de violaciones graves y progresivas de los derechos humanos y la importancia del derecho a la verdad y la justicia.
- Rendir homenaje a quienes han dedicado su vida a la lucha por promover y proteger los derechos humanos y a quienes la han perdido por esa causa.
- Hacer un reconocimiento a la importante y valiosa labor de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, de El Salvador, quien se consagró activamente a la promoción y protección de los derechos humanos en su país y cuya labor fue reconocida internacionalmente debido a las muchas denuncias de violaciones a los Derechos Humanos de los más vulnerables a expensas del peligro que corría; y por su dedicación humanitaria a la sociedad.