Día proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de diciembre del 2002 con el objetivo de rendir homenaje a más de un millón de soldados, policías y personal civil que como cascos azules trabajan y han trabajado por la paz y la seguridad en las zonas más inestables y peligrosas del mundo; y honrar a aquellos que han perecido en el cumplimiento de su labor.
Desde 1948 en que se iniciaron las operaciones del mantenimiento de la paz y la seguridad se han realizado unas 71 misiones en las que más de 3.300 cascos azules han perdido la vida por la paz mundial.